Tamara no cambia.

Tras intensas labores de investigación, momentos de fatiga y bajadas de tensión por tanto “montaje basura”, he decido que el personaje patético de hoy sea la mujer que comenzó llamándose “Tamara”, pasó por “Ámbar” y en la actualidad se confirma que su nombre es “Yurena”. Supongo que el cambio de nombre será directamente proporcional a la cantidad de silicona que lleva en el labio inferior.


Todos sabemos que la caída en picado de esta grandísima artista ha tenido una gran repercusión en el público, que desde entonces huye de los centros comerciales en los que aún queda una copia del último disco de Tamara…Oh, perdón, Yurena.

Una artista que ha tenido múltiples escándalos a lo largo de su corta carrera musical. Ha sido vista con Paco Porras (un hombre de gran creatividad, que a su lado parecía uno más de los siete enanitos de Blanca Nieves, y lo digo por su gran semejanza con “Gruñón”) y se dice que mantuvo una estrecha relación con Toni Genil (alias: Toni Tonel). Su vida sentimental y su vida televisiva siempre han ido ligadas, y más aún cuando su madre (Margarita Seisdedos, nominada a ser patética del mes) aporreó con delicadeza a un periodista, o más aún desde que Leonardo Dantés le prestó su existo más pomposo, “No cambie”.

Hace poco descubrimos a una Yurena nueva, que se declara hiper sensible, optimista, madura y dispuesta a llenar las pistas de baile. Porque Yurena no tiene fin, y su propósito es encandilarnos de nuevo con sus canciones, llenas de sentimiento y emoción, con sus declaraciones que nos animan a seguirla más y más, y con soltura en la pista de baile, que será, por siempre jamás, un himno de lo más seguido.


Esto, esto si que es profundamente patético.


Y por si alguien se atreve...
www.youtube.com/watch?v=x_1seQM4mhk